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CANCELACIÓN DEL MOBILE WORLD CONGRESS -MWC20



La noticia ha caído como una bomba. Esta feria, por su dimensión y por el sector que representa es ya conocida por gran parte de la ciudadanía gracias también a que, dada su magnitud, a la notoriedad internacional y el impacto económico que tiene, se ha convertido incluso en arma arrojadiza entre políticos. En esta ocasión, la noticia bomba deriva de su cancelación debido a la epidemia del Coronavirus COVID-19. Hemos podido ver toda clase de reportajes, opiniones y debates al respecto, se ha hablado largo y tendido sobre los motivos, los condicionantes y el impacto económico en la ciudad de Barcelona y en el país entero, se han analizado las pérdidas económicas en sectores como la hostelería o el taxi pero nadie se pregunta cuál podría ser el impacto en nuestro sector.

La cancelación por parte de la organización abre un periodo de incertidumbre sobre el pago de las facturas pendientes.

Aquellas empresas que voluntariamente decidieron no asistir tienen claramente la responsabilidad de cumplir con sus obligaciones de pago con todas las partes afectadas.

Las empresas que aún no habían manifestado su intención de no asistir y que han pagado cifras, a menudo millonarias, por el alquiler de un suelo que finalmente no ocuparán además de los servicios que la feria ofrece, a lo que se suman reservas de hoteles, vuelos, dietas y la propia construcción del stand, entran en un periodo de incertidumbre.

¿Devolverá la organización el dinero cobrado a los expositores? ¿Abonará las facturas pendientes al recinto ferial? ¿Indemnizará a las empresas para que estas paguen a los proveedores que se han quedado con el trabajo a medias?

La organización del evento está ya jugando sus cartas alegando motivos de fuerza mayor lo que, en un hipotético juicio, podría considerarse causa suficiente para motivar la decisión tomada. Sin embargo ni las autoridades españoles ni las europeas ni la OMS han lanzado ninguna alerta sanitaria que justifique la decisión. Sin embargo la sangría de expositores, en su mayoría occidentales, sí que parece causa probable para la decisión tomada, más por motivos de imagen y económicos que de otra índole. Podría parecer que están preparando el terreno para no asumir responsabilidades económicas sobre el asunto, cosa que puede convertirse en una hecatombe para empresas del sector ferial. Deseamos sinceramente que esto no sea así.

El ciudadano de a pie no es consciente del trabajo que hay detrás de un stand y más cuando hablamos de una feria como esta donde todas las empresas expositoras sacan pecho hasta niveles inimaginables. Cientos de empresas llevan trabajando meses en sus talleres construyendo lo que luego se monta en la feria y muchas llevan semanas trabajando in situ en la instalación y construcción de stands de altísimo nivel. En Barcelona además hay que destacar que, para muchas, este evento supone el 50% de la facturación anual. En el mejor de los casos dichas empresas han cobrado un 50% del total del importe del trabajo.

Con la cancelación queda en el aire el abono de las facturas restantes y se pone en peligro la continuidad de muchas de ellas.

Nosotros hemos hablado con compañeros, amigos y colaboradores y la preocupación ahora mismo es enorme.

Desde aquí nuestra solidaridad y apoyo a todas las empresas que se ven afectadas.

Daniel Ruiz; Project Manager en Proyecto Genus.

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